Ok

By continuing your visit to this site, you accept the use of cookies. These ensure the smooth running of our services. Learn more.

unesco

  • Veranear en una isla privada

    Sainte Anne, el último «resort» de lujo de la cadena Beachcomber en Seychelles

    Una isla, un hotel. Un paraíso que flota en medio del Índico, tan tópico como envidiable. Un rincón del planeta, con decorado turquesa y fondo multicolor, servicio cinco estrellas, un amplio abanico de opciones para ocupar el tiempo libre y espacios pensados para disfrutar sin necesidad de hacer nada. El último «resort» de la exclusiva cadena mauriciana Beachcomber ofrece 87 villas de lujo con amplias terrazas orientadas hacia los jardines tropicales o el mar, dos restaurantes, un «spa» con la firma Clarins, centro de buceo y deportes y miles de detalles en pleno Parque Nacional Marino de Sainte Anne.
    La isla de Sainte Anne está considerada como uno de los mejores puntos para hacer submarinismo del archipiélago de las Seychelles. Sólo con unas gafas y un tubo se pueden diferenciar más de 150 especies distintas de peces. También se puede montar en kayak o practicar «windsurf». Para los menos amigos del agua, la mejor opción para descubrir este impresionante universo marino es hacer un crucero en un barco con suelo de cristal. También se pueden recorrer las cinco islas restantes que forman el Parque Nacional Marino de Sainte Anne, utilizar el «shuttle service» para visitar las playas de Mahé y su capital, Victoria ¬tiene un interesante y animado mercado¬ u organizar una excursión a las deliciosa isla de La Digue, el Valle de Mai en Praslin, del cual se creyó alguna vez que fuera el Jardín del Edén, y la mítica Aldabra, el atolón erigido sobre el coral más extenso del mundo, ambos Patrimonio Mundial de la Unesco.
    Cualquier época del año es buena para viajar a las Seychelles. La temperatura media anual oscila entre los 24 y 27 grados centígrados, aunque en julio y agosto las máximas pueden llegar hasta 29. Algunas playas están en mejores condiciones durante la temporada de los monzones, mientras que a otras les favorecen los alisios. Si se quiere bucear ¬sería un pecado no hacerlo alojándose en una isla integrada en un Parque Nacional Marino¬, los mejores meses son marzo y mayo y de septiembre a noviembre. Ahora, en verano, también es buen momento. Eso sí, los precios suben más en temporada alta.


    Doscientas hectáreas


    La isla de Sainte Anne tiene una superficie total de 200 hectáreas y el «resort» de Beachcomber sólo ocupa la décima parte. Se puede recorrer a pie o utilizar las bicicletas y carritos eléctricos ofrecidos por el hotel. Hay un barco gratuito que enlaza varias veces al día Mahé y Sainte Anne. También se pueden contratar en el hotel excursiones privadas, descubrir otras islas del archipiélago. A Praslin se llega en un cuarto de hora en avión. En esta legendaria isla, famosa por la nuez de Coco-de-Mer, crecen las palmeras gigantes del Valle de Mai. Y de allí a Le Digue en barco, a sólo diez minutos, en donde no hay coches y sólo se puede transitar en bicicleta. Parece como si se hubiera detenido el tiempo, con carretas tiradas por bueyes que se balancean por los senderos de playas de arena blanca y fina, completamente solitarias.
    El «resort» de Beachcomber en Sainte Anne está compuesto por 79 villas providence ¬nueve de ellas interconectadas¬ con una superficie habitable de 150 metros cuadrados, incluyendo terraza y el jardín privados. Están concebidas para estar en total armonía con el entorno. Ninguna de ellas es más alta que una palmera. Ofrecen lo último para unas vacaciones de descanso lejos de todo. Hay tres Villas Bel Air, que se encuentran a pie de playa y que son más amplias que las Providence ¬130 metros cuadrados de estancia, 76 de terraza y 16 de jardín¬. Cuatro villas Belle Vue, ubicadas en íntimos rincones de la isla con vistas al océano Índico, cuentan con dos amplias habitaciones.
    Finalmente, una Royal Villa, con tres habituaciones, con casi quinientos metros cuadrados, es la estrella del complejo, utilizada por huéspedes de renombre e invitados de excepción. La estancia más exclusiva del «resort» tiene la panorámica más privilegiada. Cuenta con piscina privada, solárium de casi 50 metros cuadrados y tres habitaciones.


    Once vuelos


    El resort dispone de dos restaurantes y un bar dirigidos por Marcel Driessen, poseedor de dos estrellas Michelin. L'Abondance es el restaurante principal, con vistas a la playa y a la piscina. Le Mont Fleuri está especializado en carnes y pescados al grill y cocina italiana. El bar Le Sans Souci es el más informal. Abre de 10 de la mañana a medianoche y ofrece menús ligeros y «snacks» a cualquier hora.
       El vuelo a Sainte Anne se realiza con Air Seychelles, que va once veces a Mahé desde España, vía París, Roma o Londres. El vuelo Madrid-Mahé dura 14 horas, incluyendo la escala en París o Londres. No es necesario visado; basta el pasaporte en vigor y el billete de vuelta para estancias inferiores a 90 días. Para más información, se puede contactar con la Oficina de Turismo de Seychelles en Madrid (Tlfno 91 702 08 04). La isla de Sainte Anne está a 5 kilómetros del aeropuerto de Mahé. El Sainte Anne Resort, el único hotel de la isla, se encarga del «transfer» en un barco privado.